Hace 33 años
comenzaba un hecho histórico, La Guerra de Malvinas, que abrió una herida
profunda en todos los argentinos y marcó el principio del fin de una etapa.
Este enfrentamiento generado dentro de un contexto de decisiones políticas
erróneas e irresponsables, nos pone hoy, ya en democracia, ante el ineludible
compromiso de una revisión histórica, reflexiva y crítica sobre los
acontecimientos que dejaron un triste saldo: más de 600 vidas perdidas y otras
tantas destrozadas de jóvenes que pelearon valientemente por nuestros derechos
en aquel pedacito de territorio argentino. Hoy,
el reclamo sigue vigente, la herida sigue abierta y el recuerdo de
aquellos jóvenes soldados que ofrendaron la vida por su Patria nos convoca a
buscar la mejor manera de reclamar nuestros derechos y soberanía: a través del
diálogo consensuado y sostenido por la convicción de que el único modo de
lograrlo es a través de la paz.
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