miércoles, 4 de mayo de 2011

Género, formación y trabajo en el siglo XXI








Los índices de desarrollo social indican que en pleno siglo XXI, las mujeres presentan un rezago con respecto al desarrollo de los hombres, “por lo que las políticas públicas deben tener un aspecto que favorezca a este sector de la población”

La mujer se enfrenta al rechazo laboral, porque se piensa que las actividades de un hombre y una mujer deben de ser distintas; sin embargo ambos pueden realizar lo mismo, pero con sus limitantes físicas”.

Es menester promover capacitación y sensibilización en materia de igualdad de género, para evitar que las empresas e instituciones públicas revaloricen el rol de la mujer en oficios convencionales.

Los procesos de mundialización, reestructuración económica y flexibilización de la producción han provocado cambios en las pautas de empleo. Para todos los trabajadores, el empleo se ha tornado más inseguro e inestable, y un creciente número de mujeres necesitan y quieren generar rentas independientes. En las últimas décadas, los cambios en los perfiles demográficos y en el empleo han afectado a las vidas cotidianas de los hombres, las mujeres y las familias. Ha habido un aumento en la esperanza de vida, una disminución del tamaño de las familias, mayor movilidad de las personas y se ha incrementado el número de las familias con dos fuentes de ingresos y de las familias monoparentales. Los plazos y las condiciones de participación de los hombres y las mujeres en el mercado de trabajo se han redefinido. A medida que se ha introducido mayor flexibilidad en los procesos productivos y se ha expandido el sector de los servicios, la demanda del trabajo femenino ha aumentado. Pero la reforzada participación de la mujer en el empleo retribuido no se ha debido sólo a factores y condicionamientos económicos, sino que responde también a cambios en las percepciones y aspiraciones de las mujeres con respecto a su papel en la sociedad y a sus prioridades en la vida. Hoy es mayor que antes la proporción de la mano de obra que se enfrenta a las exigencias contrapuestas del trabajo y de las responsabilidades familiares. Han emergido nuevas tendencias en la participación en la mano de obra.

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