jueves, 29 de julio de 2010

"Lo propio de un profesor es dar clases"


"Lo propio de un profesor es dar clases"


Dr. Antelo en el 7º Encuentro de Cátedras de Pedagogía de Universidades Nacionales.
El Dr. Estanislao Antelo en plena disertación.
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Hacia donde se dirige el compromiso del profesor, fue la idea que desarrolló en su conferencia del jueves 3 de septiembre Estanislao Antelo* en la Facultad de Humanidades y Artes. el desarrollo de la disertación continuó el camino de una conjetura que postulaba “en la tarea de enseñar, el compromiso no es con los chicos ni con el contexto, sino con la transmisión de conocimientos”.
Antelo compartió con los presentes: “En una investigación realizada en las Orquestas infantiles en la ciudad de Bs As le preguntamos a un maestro de Violín si tenia algún problema importante en su trabajo, y dijo “Si, el problema que tengo es que no aguanto más a los chicos”. Si se presta atención, surge una pregunta: ¿Se puede no aguantar a los chicos y comprometerse con ellos?
El docente consideró en su exposición dos versiones que abordan el tema del compromiso, que no se excluyen, sino que se suplementan:
Compromiso con los chicos
Compromiso con el contexto.
El compromiso con los chicos: o con los alumnos, tiene la particularidad de que está basado en lo que les falta, en lo que no tienen” señaló. La idea de desarrollo supone un sujeto no desarrollado aún, y siguiendo esta línea, Antelo manifestó que la serie de cosas que un docente tiene para dar es que la mejor manera de comprometerse es dar amor, afecto, comprensión y asistencia.
“Es una serie reparadora, se identifica el faltante y luego se procede. En esta situación de compromiso, la tarea esencial del docente no es enseñar, la enseñanza se pospone por decisión propia o porque la situación parece requerirlo”.
En el marco de esta línea del compromiso, un maestro profesor comprometido es un experto en niños y / o jóvenes antes que un experto en Biología o Matemática.
“Un maestro o profesor contemporáneo comprometido es el que esconde deliberadamente una dosis importante de narcisismo que habitan en la extraña impresión me gustan los chicos que no solo no es lo mismo, sino lo opuesto a decir me gusta dar clases. Más que compromiso estamos frente a un amor a sí, disfrazado de benevolencia” aseguró Antelo.
El papel del contexto
Desde esta postura, la tarea de la Educación es conocer al lugar, las condiciones y el tiempo en el que viven los niños, para así poder transformarlos en seres provistos de un set de competencias o ideas previamente elaboradas que es posible encontrarlos en uno de los tantos catálogos de ciudadanía crítica, comentó el profesor.
“Un docente comprometido es quien distingue y diferencia contextos, conoce los barrios, sus habitantes, la composición de las familias, la relación con la comunidad, la cuestión multicultural, la diversidad sociocultural, el mundo globalizado. Cómo si nuevas situaciones poblacionales, o directamente, nuevos campos del saber, inspirados en conquistas sociales dieran forma a lo que debe ser enseñado. La maniobra es elocuente: alrededor de la educación sexual, la educación vial, la educación alimentaria, y valla a saber uno lo que sigue”.
Me gusta enseñar
El docente explicó que hay una diferencia abismal entre el compromiso entendido como gusto y afecto por los niños, y el compromiso entendido con gusto por las clases. “Lo propio de un profesor es dar clases” afirmó. El docente comentó que él entiende el producto del trabajo de un educador como una obra, y que el reconocimiento juega un rol relevante, ya que quien enseña busca prestigio y gratificación.
“Es difícil andar por la vida sin reconocimiento, pero la gratificación puede obtenerse aun mas allá del reconocimiento, mas allá del juicio emitido por los otros, mas allá de toda comparación, se trata del trabajo bien hecho que lo emparenta con la belleza, es el gesto mismo que se lleva a cabo lo que gratifica. Me gusta enseñar, estoy ahí enseñando”
Para ir cerrando su disertación, Estanislao Antelo enfatizó “Mi punto de vista es que la supremacía del compromiso con los niños y con el contexto nos aleja del oficio, es decir, nos aleja de lo que amamos, es decir, nos sustrae el reconocimiento”.

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